La diabetes tipo 2 que contribuye al daño de las células que producen la insulina, ha ido en aumento entre las mujeres embarazadas, aún en aquellas que antes de embarazarse no se presentaban como sujeto de riesgo de contraer la enfermedad. Sin duda a esta situación contribuye el descontrol que las embarazadas logran tener frente a la ingesta de alimentos, comiendo excesivamente y también a la mala calidad de la dieta, ya que el consumo de bebidas gaseosas que se ha comprobado las embarazadas que presentaron la enfermedad, se inclinan por consumirlas constantemente. Hay que mantener un control riguroso sobre la dieta siempre sobretodo en el embarazo el riesgo de la diabetes tipo 2 también podría ser un riesgo para el feto, así que lo mejor es controlar juntamente con el médico el peso. No consumir bebidas gaseosas, limitar los postres, aumentar el consumo de verduras y frutas y comer sanamente. El embarazo no implica una dieta de dos.
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