Los hombres de la antiguedad no tenían como nosotros, pastillas blancas y redondas de la conocida aspirina para aliviarse de molestias que siempre han existido, un dolor de cabeza, un dolor de muelas, las molestias de algún golpe o cualquier estado doloroso, pero algo sí sabían y era que el árbol de sauce podía aliviarles, con tan solo mascar un poco de sus hojas. Y para cuando el hombre llegó a vivir en ciudades y los primeros vestigios de la medicina se hicieron presentes, Hipócrates ya llamaba "salicina" a lo que él presenció estaba en las hojas del Sauce y permitía aliviar dolores y fiebres.
Ya mujeres y hombres se fueron enterando de la situación y bastaba con tener un sauce cercano para hacerse una infusión o aplicarse una cataplasma de las hojas o de su corteza y sentirse aliviado, con lo que el Sauce se convirtió en un árbol estimado. Hoy en día la famosa "aspirina" pastilla que revolucionó el mundo de la medicina nos habrá ahorrado de sembrar y cuidar de nuestro sauce para aliviarnos los malestares leves, con una de ellas podemos sentirnos mejor.
Y claro con el tiempo se fueron descubriendo sus inagotables virtudes, las enfermedades del corazón han encontrado en la aspirina el gran aliado en el cuidado del corazón humano, pero también es importante el aporte de la aspirina en la artritis, cataratas, algunas formas de diabetes, algunos tipos del temible cáncer, y cada día se descubren más formas de aplicarlas en favor de la humanidad, nada que desde aquellos lejanos días de la prehistoria en que los hombres habrán ido a por sus hojas de sauce el mundo ha cambiado mucho pero ahora en lugar de hojas tenemos una pastilla que ayuda a mucho.
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